El acompañamiento del adulto debe orientarse en ayudar al niño a configurar su privacidad de manera de que interactúe solo con sus amigos, o sea aquellos que ha aceptado en su red social porque los conoce o tiene referencias de ellos a través de otros amigos.
Cuando hablamos de adolescentes, es importante dialogar con ellos sobre si han reparado en la configuración de su privacidad, si saben cómo hacerlo, y qué criterios deben adoptar para proteger sus datos personales. También resaltar que las fotos y los videos tanto propios como de amigos, son “datos personales” que necesitan preservar y no hacer públicos en la web.
Por eso el trabajo educativo en relación a la exposición de datos, de configuración de la privacidad en las redes, de resguardo de las contraseñas, es imprescindible para que los chicos puedan prevenir posibles situaciones desagradables o peligrosas.